domingo, 29 de enero de 2012

Un asteroide del tamaño de un autobús roza la Tierra

Un asteroide del tamaño aproximado de un autobús rozó la Tierra el viernes, como estaba previsto, siendo uno de los objetos espaciales que más cerca ha estado de nuestro planeta.
El asteroide, llamado 2012 BX34 y que mide de seis a 19 metros de diámetro, no se conocía hasta que fue distinguido por un telescopio en Arizona el miércoles, dijo Gareth Williams, director adjunto de la base estadounidense Minor Planet Center, que rastrea objetos espaciales.
El objeto pasó a unos 60.000 kilómetros de la Tierra el viernes alrededor de las 15H00 GMT. "Pasó muy cerca. Es uno de los 20 objetos espaciales observados que estuvieron más cerca de la Tierra", dijo Williams a la AFP.
La NASA anunció en Twitter el jueves que el asteroide "pasaría sin peligro por la Tierra el 27 de enero".
Williams explicó que como el asteroide era tan pequeño, sólo pudo ser detectado cuando estuvo cerca de la Tierra y que si bien fue una sopresa, no fue nada fuera de lo común. "Pasó a un sexto de la distancia de la Luna", dijo.
"En el último año detectamos 30 objetos que fueron observados en la órbita de la Luna".
Un asteroide, en una imagen obtenida por la NASa el 9 de julio de 2011. Un asteroide del tamaño aproximado de un autobús rozó la Tierra el viernes, como estaba previsto, siendo uno de los objetos espaciales que más cerca ha estado de nuestro planeta.

El observatorio Kepler descubre 26 nuevos planetas


El telescopio Kepler de la NASA, prolífico cazador de astros, ha descubierto otros 26 planetas en once sistemas planetarios, según informó la agencia espacial estadounidense.

"Estos descubrimientos casi duplican el número de planetas verificados por Kepler y triplican el de astros que se sabe que tienen más de un planeta que transita en su entorno", explicó la NASA en un comunicado.

"Esos sistemas ayudará a los astrónomos a entender mejor cómo se forman los planetas", agregó.

Desde que fue lanzado en 2009, Kepler detecta planetas y posibles candidatos con un amplio rango de tamaños y en distancias de órbitas también muy variadas, para ayudar a los científicos a entender mejor cuál es nuestro lugar en la galaxia.

Los planetas detectados ahora por Kepler orbitan cerca a sus astros centrales y varían en tamaño desde 1,5 veces el radio de la Tierra a un poco más que Júpiter, el mayor de la Vía Láctea.

Además, los 26 planetas orbitan más próximos a sus astros que lo que Venus gira alrededor del Sol, lo que significa que les toma entre seis y 143 días completar una órbita, según los científicos de la NASA.

Se requerirán más observaciones para determinar si éstos tienen la topografía rocosa de la Tierra o un atmósfera gaseosa como la de Neptuno, explicó la NASA.

"Antes de la misión Kepler, sabíamos que existían quizá 500 exoplanetas" en la bóveda espacial, dijo Doug Hudgins, científico a cargo del programa Kepler en Washington.

"Ahora, en tan sólo dos años de mirar hacia un trozo del cielo un poco más grande que un puño, Kepler ha descubierto más de 60 planetas y más de 2.300 candidatos a planeta", explicó Hudgins. "Esto nos dice que nuestra galaxia está cargada de planetas de todo tipo de tamaños y órbitas".

Kepler identifica los "candidatos a planeta" mediante una repetición de las mediciones del brillo de luz que emiten más de 150.000 estrellas para detectar cuando un planeta pasa enfrente de ellas. Ese paso produce una pequeña sombra hacia la Tierra y el observatorio Kepler.

domingo, 22 de enero de 2012

Teoría sobre el origen del agua en la Tierra.


 El agua de los océanos de la Tierra podría haber llegado en los cometas que cayeron a la Tierra durante el período de formación de los planetas, hace 4.300 millones de años atrás.
El cometa Hartley 2, observado con el telescopio Herschel, de la ESA.


El telescopio espacial infrarrojo Herschelde la ESA, ha detectado en un cometa agua con la misma composición que la de los océanos terrestres. El hallazgo resucita la idea de que los mares de nuestro planeta podrían haber sido en el pasado gigantescos icebergs flotando en el espacio.

El origen del agua de nuestro planeta es aún objeto de intensos debates. La Tierra se formó a temperaturas tan altas que, de haber habido agua, se habría evaporado. Y sin embargo, los dos tercios del planeta están hoy cubiertos de agua que debió llegar desde el espacio, una vez que la Tierra se hubo enfriado. Los cometas aparecen como la fuente más probable de esa agua. Los cometas son, en realidad, gigantescos icebergs que atraviesan el espacio describiendo órbitas que se cruzan con las de los planetas, lo que hace posibles los choques. El impacto del cometa Shoemaker-Levy 9 contra Júpiter en 1994 fue un ejemplo. Además poco tiempo después de la formación del Sistema Solar había más cometas que ahora, y los choques eran probablemente mucho más frecuentes. 

Hasta ahora sin embargo ninguna observación respaldaba la hipótesis de que el agua de los océanos proviene de los cometas. El dato clave para ello está en la abundancia de deuterio –una clase de hidrógeno, más pesado- presente en el agua. Todo el deuterio y el hidrógeno presentes en el universo fueron sintetizados inmediatamente después del Big Bang, hace unos 13.700 millones de años, en un proceso en que las abundancias relativas entre ambos elementos quedaron fijadas. Pero la proporción de deuterio e hidrógeno en las moléculas de agua puede variar ; cuando se forma hielo en el espacio, la proporción deuterio /hidrógeno depende de las condiciones ambientales. Estas variaciones permiten a los astrónomos investigar el origen del agua de la Tierra, comparando la proporción deuterio/hidrógeno del agua de los océanos con la del agua de objetos astronómicos. 

En todos los cometas analizados hasta ahora el deuterio era dos veces más abundante que en el agua de la Tierra. Si estos cometas chocaron contra la Tierra, no debieron de aportar más de un pequeño porcentaje del agua de los océanos. De hecho, los astrónomos habían empezado a sospechar que el agua llegó a la Tierra procedente no de los cometas sino de los meteoritos, a pesar de que el contenido en agua de estos objetos es mucho menor. 

Ahora el Herschel ha analizado el cometa Hartley 2 con su instrument HIFi, el más sensible hasta ahora para detector agua en el espacio, y ha demostrado que al menos un cometa está hecho de agua como la que compone los océanos. "La proporción deuterio/hidrógeno presente en el cometa Hartley es casi exactamente la misma que en los océanos de la Tierra", dice Paul Hartogh, del instituto Max Planck en Katlenburg-Lindau (Alemania), jefe del grupo internacional de investigadores autores del trabajo. 

La razón de que este cometa sea diferente puede estar en su lugar de nacimiento. Hartley 2 se formó más allá de Plutón, en una gélida región del Sistema Solar llamada Cinturón de Kuiper.
Se cree que los demás cometas analizados hasta ahora por los astrónomos se formaron en las proximidades de Júpiter y Saturno –la gravedad de estos gigantes los colocó después en una órbita que se aleja a las afueras del Sistema Solar y luego vuelve hacia el Sol.

Las nuevas observaciones sugieren por tanto que los océanos de la Tierra proceden, después de todo, de los cometas, pero sólo de una pequeña familia de ellos: los nacidos en el exterior del Sistema Solar. Ahí afuera, en el frío, la proporción deuterio/hidrógeno que queda registrada en las moléculas de agua podría haber sido bastante distinta de la del agua formada en el interior, más cálido, del Sistema.
Herschel tratará ahora de confirmar esta hipótesis observando más cometas. 

"Herschel ha vuelto a abrir, con nuevos e importantes datos, una antigua y muy interesante discusión”, apunta Göran Pilbratt, jefe científico de Herschel, de la ESA. "Será emocionante ver adónde nos lleva este debate". 

 Fuente: http://www.circuloastronomico.cl/planetas/tierra.html

Una erupción volcánica en el Mar Rojo forma una isla nueva

Las imágenes obtenidas por la NASA muestran que la erupción submarina del Mar Rojo ha formado una pequeña isla nueva.

El volcán submarino que ha estado emitiendo fuentes de lava hasta una altura de unos 30 metros en el Mar Rojo, ha creado una nueva isla. Según se puede apreciar en las imágenes obtenidas por la NASA, la erupción volcánica ha formado una pequeña isla, aunque los científicos no pueden confirmar si volverá a hundirse en el mar una vez finalice la erupción, o si será estable.

La erupción volcánica se ha producido en la zona donde confluyen las placas tectónicas de Arabia y África.



El Observatorio de la agencia espacial estadounidense publicó fotos obtenidas por satélite mostrando una columna de humo blanco emanando del océano cerca del archipiélago de Zubair, en el Mar Rojo, el 23 de diciembre.
"La imagen de diciembre de 2011 muestra una supuesta isla donde antes la superficie era sólo de agua", dijo.

"Una densa columna de humo sale de la isla, es oscura cerca del fondo y clara por lo alto, quizá una mezcla de cenizas volcánicas y vapor de agua", añadió.

Los volcanes submarinos son responsables de la creación de nuevas islas cada pocos años, pero muchas no son lo suficientemente fuertes como para soportar el viento y las olas del mar abierto, afirmó el vulcanólogo Rick Wunderman a la CNN.
Wunderman añadió, sin embargo, que el material volcánico del Mar Rojo tiende a durar más.



Fuente: http://www.alertatierra.com/2011/tierra/latierra_1211.htm




 

sábado, 14 de enero de 2012

Próxima glaciación será atrasada por el calentamiento global.


Un equipo internacional de investigadores ha determinado que el calentamiento global va a “atrasar” la glaciación, tras estudiar las emisiones de dióxido de carbono a lo largo de la historia del planeta.


En el trabajo, los científicos han detallado que la sucesión natural entre épocas glaciares y las más cálidas –que se ha registrado desde hace tres millones de años– ha sido alterada tras un centenar de años de industrialización.


  • Mucho Co2

 Para llevar a cabo el estudio, los expertos indagaron sobre el comienzo de las anteriores edades glaciales y calcularon que la transición a la próxima debería empezar dentro de unos 1.500 años.

Sin embargo, ésto no será así debido al calentamiento global provocado por el hombre. Además, han apuntado que ésto se producirá “aunque las emisiones terminaran ahora mismo” ya que “existe actualmente el suficiente dióxido de carbono en la atmósfera como para atrasar el periodo geológico”.
Los períodos entre edades glaciales, las épocas interglaciales, han durado una media de alrededor 11.000 años, y ya han pasado 11.600 años desde el último invierno multimilenial, según los autores.

  • Buena Noticia
“Desde hace 8.000 años, con el florecimiento de la civilización humana, la tendencia a la disminución del dióxido de carbono en la atmósfera cambió y éste comenzó a aumentar, acelerándose acentuadamente con la revolución industrial”, ha apuntado uno de los autores del estudio, Luke Skinner.
Del mismo modo, aseguró que, “aunque la contribución de las actividades humanas al flujo de CO2 preindustrial es un debate habitual”, el nuevo estudio “sugiere que la insolación natural (la cantidad de rayos del Sol que llegan a la Tierra, que varía cada decenas de miles de años) no está contrarrestando el impacto del calentamiento global producto de la acción del hombre”.
Según ha publicado BBC, algunos científicos ya han salido al paso del estudio para manifestar que es “una buena noticia” porque, a su juicio, la era glacial “es un período que creará problemas enormes para la humanidad”.

El motor interior de la Tierra

Indicios de que el núcleo gira mas deprisa que la corteza como un planeta dentro de otro.

Lejano y poco conocido, el núcleo interno de la Tierra comienza a revelar algunos de sus secretos a los científicos que estudian las débiles vibraciones del suelo con instrumentos de medición sísmica y comprueban la furia interior del planeta a través de simulaciones con superordenadores. Un reciente descubrimiento es que el núcleo interno parece un auténtico planeta dentro de 
otro planeta que gira a mayor velocidad y en igual sentido que la superficie de la Tierra. En la actualidad, los científicos están profundizando en este hallazgo y han llegado a revelar posibles ritmos de rotación interior más veloces, mientras se centran en conocer qué provoca este movimiento independiente.Estos descubrimientos arrojan luz sobre la evolución de laTierra, al revelar el funcionamiento más oculto de este enorme motor térmico, a miles de kilómetros por debajo de la corteza terrestre. A la larga, el núcleo provoca en la superficie perturbaciones como terremotos, erupciones y la deriva de los continentes.
Lo que es aún más importante es que el descubrimiento de la rotación del núcleo facilita el avance de los estudios sobre la circulación térmica a través del planeta y sobre cómo el campo magnético de la Tierra se forma y se invierte periódicamente.
Dos artículos publicados recientemente exponen las nuevas teorías y las pruebas de la rotación interior, aunque los investigadores predicen nuevos hallazgos y quizá más sorpresas. "Lo que nos sorprende a nosotros y a otras personas es que la rotación es muy rápida", afirma en una entrevista Gary A. Glatzmaier, geofisico, del Laboratorio Nacional de Los Álamos (Nuevo México; EE UU) y principal autor de uno de los artículos. "Se trata de una nueva forma de plantearse el interior de la Tierra que ha provocado el entusiasmo de mucha gente", añade.

Hierro candente

El núcleo interno de la Tierra es una masa compacta de hierro candente de unos 2.400 kilómetros de anchura, un poco más pequeña que la Luna. Está rodeada por , un mar de hierro fundido, conocido como el núcleo exterior, que hierve debido a corrientes térmicas.En julio, dos científicos de la Universidad de Columbia, Xiaodong Song y Paul G. Richards, dieron a conocer el sorprendente descubrimiento de la rotación independiente y evaluaron la velocidad del giro interior en un grado cada año, lo que equivale a una vuelta completa cada 360 años. La rotación implica una vuelta completa con respecto a un punto determinado en la superficie de la Tierra. En los nuevos artículos se calcula que la velocidad aumenta tres grados por año, lo que equivale a una vuelta cada 120 años.
En las entrevistas, algunos científicos afirman que es posible que, en realidad, el centro llegue a girar cinco grados cada año. Esto significaría que el núcleo de la Tierra da una vuelta a la superficie cada 70 años.
Las mediciones de la trayectoria de los seísmos indican quela Tierra está compuesta por diferentes estratos: una corteza rocosa, una capa de roca moldeable incandescente, un núcleo exterior de hierro líquido y uno interno de hierro sólido. Entre otras conclusiones, la repentina aceleración de las ondas sísmicas en el centro de la Tierra implica que el núcleo es sólido.
A tal profundidad, la presión y la densidad son tan grandes que el hierro es sólido a pesar de las temperaturas de más de 5.500 grados según los cálculos, tan caliente como la superficie del sol. Se cree que a una profundidad algo menor unas corrientes en ebullición en el núcleo exterior son responsables de los campos magnéticos que se pueden medir desde la superficie de la Tierra.
No hace mucho, unos superordenadores se han añadido a los métodos de los sismólogos para el estudio científico de los misterios del núcleo. Dos pioneros de este planteamiento fueron Glatzmaier y Paul H. Roberts, de la Universidad de California en Los Angeles. Un gran descubrimiento fue que tras simular el paso de 35.000 años, el campo magnético de esta Tierra simulada casi desaparecía. Y al reaparecer tenía la polaridad opuesta. Eso es precisamente lo que ocurre en la realidad. Los científicos han descubierto a lo largo de los años que el campo magnético del planeta se invierte aproximadamente cada 200.000 años por término medio.
La simulación por ordenador de Glatzmaier y Roberts mostró que las turbulencias térmicas del núcleo exterior casi, siempre intentan cambiar la polaridad de los campos magnéticos. Sin embargo, el núcleo sólido ejerce una influencia estabilizadora.
Comprobaron que los campos magnéticos hacen que el núcleo interno gire más rápidamente, del mismo modo que el movimiento de los campos magnéticos de un motor eléctrico hacen que gire su eje. Al examinar el mecanismo, advirtieron que las fuerzas de rotación del conjunto de la Tierra, en combinación con las fuerzas térmicas y otros factores, hacen que el núcleo líquido fluya hacia el interior en dos puntos en dirección al eje derotación de la Tierra. A continuación, estos flujos térmicos comienzan a ganar velocidad como los patinadores sobre hielo cuando giran más rápido al juntar los brazos al cuerpo.
Luego, estos flujos se convierten en dos chorros de hierro candente de forma circular que se mueven en la base del núcleo exterior, produciendo una serie de enormes campos magnéticos que penetran en el núcleo interno y hacen que gire exactamente a la misma velocidad que los chorros.